Monday, December 05, 2005

Fenómeno de huracanes, manifestación del cambio climático


Los huracanes son tormentas violentas que comienzan en el trópico. Son las más poderosas de todos los sistemas del clima. A los huracanes se les da diferentes nombres alrededor del mundo.

Los huracanes se forman sobre cálidas aguas tropicales en el océano y cesan cuando tocan tierra. Los meteorólogos se esmeran en tratar de pronosticar dónde y cuándo el centro, el ojo de un huracán, tocará tierra, de manera de poder alertar a la población acerca de los daños resultantes de los fuertes vientos, lluvias torrenciales y fuerte oleaje .

Los nombres que se les da a los huracanes alternan entre masculinos y femeninos desde 1979. Estos nombres cambian cada año. Los huracanes pueden formarse en cualquier momento durante el año pero, es más probable que se formen desde el 1ro. de Junio al 30 de Noviembre; a este período se le considera temporada de huracanes.
Este ha sido un año donde claramente hemos visto como se ha formado un mayor numero de tormentas tropicales y como a su vez muchas de estas han terminado en huracanes con las consecuencias ya vistas por todos.

La violencia creciente del Katrina, que asoló Nueva Orleans, y del Rita, obedece con gran probabilidad al cambio climático.
Los huracanes ganan en intensidad, tal y como lo han predicho los modelos obtenidos mediante ordenador, debido a la elevación de las temperaturas del mar, en esto comparto la opinión del Dr. John Lawton presidente de la comisión real para la contaminación medio ambiental. En este sentido el Dr. Lawton ha criticado a los neoconservadores de Estados Unidos que se empeñan en negar la realidad del cambio climático como consecuencia de las emisiones de CO2 y otros gases causados por la acción humana.
"Si esto (los huracanes) hace que esos individualistas del clima que hay en Estados Unidos se percaten finalmente del problema que se nos plantea, habremos ganado algo de tan horrible situación", afirmó el científico.
De modo más general, el Dr. Lawton denuncia que "hay un grupo de personas en varias partes del mundo que sencillamente no quieren aceptar que las actividades humanas pueden cambiar y están cambiando el clima".


Los invito a ver una serie de secuencias graficas y un video donde podrán ver en que consiste este fenómeno y observar parte de mi labor por estos días aquí en Miami, también es una invitación para aunar esfuerzos individuales que busquen mejorar nuestro papel colectivo frente al cambio climático. (En una anterior entrada de este blog explique en que consistía el cambio climático).


Secuencia de un huracan (27/10/2005) Cortesia Agencia
Nacional de Huracanes. NOOA
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Huracan Wilma 25/10/2005 Cortesia NOAA

Tormenta tropical Delta sobre Canarias 28/11/2005 Cortesia NOAA

Dentro del trabajo de predicción se analiza el comportamiento de las tormentas tropicales y los huracanes los últimos 100 años, se realiza simulación dinámica y así se establecen las áreas que de alguna manera sufren impactos de manera mas recurrente , como en toda labor de este tipo se trata de análisis de tipo predictivo que hace parte de análisis complementarios, del seguimiento de la formación te tormentas tropicales y la predicción metereologica.

Como se puede observar en la siguiente imagen cortesia de la NOAA.

Como pueden ver es una labor interesante, donde se apoya la investigación de herramientas tecnológicas de última generación, como lo son las imágenes de satélite, y la simulación dinámica.

Friday, November 04, 2005

MEDIO AMBIENTE Y EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA


De acuerdo a cifras del ministerio de medio ambiente, y de instituciones como el instituto Von Humboldt, Colombia ocupa el segundo lugar en biodiversidad del planeta. El país posee entre el 10% y el 14% de la diversidad del planeta en una superficie equivalente al 0.8% de las tierras emergidas del mundo (114’174.800 Has).

Colombia tiene entre 45.000 y 50.000 especies de plantas vasculares; también contamos con el mayor número de especies de palmas en el mundo (258 especies). Entre ellas está la Palma de cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense), que es el árbol nacional.

En Colombia habitan 1.815 especies de aves equivalentes al 19% de las especies en el mundo y al 60 % de las especies en Sudamérica, esta variedad ubica al país en el primer lugar a nivel mundial. De otro lado existen 30 especies de primates que ubican a Colombia en el quinto lugar del contexto internacional.
Se han reportado 2.890 especies de vertebrados lo que coloca al país en un tercer lugar a nivel mundial; la alta representación de mamíferos con 456 especies reportadas, ubica a Colombia en cuarto lugar en el mundo.

Existen 222 especies de saurios en el territorio nacional, y es el tercer país en el mundo con mayor número de especies de reptiles. Otro de los grupos zoológicos que ubica al país en un primer lugar mundial son los anfibios con 583 especies identificadas. En sus aguas continentales, Colombia tiene cerca de dos terceras partes de las 3.000 especies de peces descubiertos a escala mundial. A lo largo de sus 3.000 Km. de litoral en los dos océanos y en sus sistemas insulares, Colombia posee 6.600 millones de Has. en ecosistemas marinos y costeros que cubren el 95% de la plataforma continental, también existen diversos y productivos tipos de ecosistemas marino-costeros, tales como arrecifes coralinos, bosques de manglar, del cual existen 379.954 Has que representan el (2,2%) de las 17 millones de hectáreas en el mundo, lagunas costeras y deltas, praderas de fanerógamas, sistemas de playas y acantilados. Ellos proveen diversidad de bienes y servicios que sostienen las actividades económicas tales como pesca, actividad portuaria y de transporte, agricultura, industria y turismo, así como los diversos usos tradicionales de las comunidades locales.

La superficie de Colombia está cubierta por 53 millones de hectáreas de bosques naturales, 22 millones cubiertas por sabanas, zonas áridas y humedales y un millón por aguas continentales, picos de nieve y asentamientos urbanos. Por lo menos 38 millones de hectáreas se encuentran bajo uso agrícola y procesos de colonización. Nuestro país presenta una precipitación pluvial dos veces superior a la de América Latina, con 1.600 mm. Posee más de 1.500 ríos permanentes, con 1.636 lagos, lagunas y embalses.

Hace mucho que se sabe que la Biodiversidades un factor de la función de producción, de hecho es un recurso estratégico debido a que las tecnologías de punta hacen uso de ésta, y todo esto esta seriamente amenazado no solo por el conflicto interno que vivimos actualmente, también influye los cultivos ilícitos y su acción erosiva sobre muchos ecosistemas estratégicos, por ejemplo los paramos. Tenemos otro punto neurálgico en los diferentes atentados a los oleoductos y su impacto sobre el recurso hídrico y como genera entre otras problemas la contaminación transfronteriza. Y de otra parte el desplazamiento forzado (donde se dan cifras de cerca de 3.500.000 Colombianos desplazados) que hace que las poblaciones se asienten en áreas donde no es idóneo el proceso de urbanización, generando problemas sociales además de aumentando el impacto ambiental sobre el territorio urbano.

Es claro que:
Cerca del 73% de los cultivos ilícitos están sembrados cerca de cañadas y ríos.
Más de 650 millones de litros de petróleo han sido derramados sobre el ecosistema por culpa de los atentados terroristas.
Los daños que el narcotráfico y el terrorismo de las Farc, el Eln y las Auc, generan sobre el recurso hídrico son daños incalculables en términos medioambientales, son daños que difícilmente permitirán a las futuras generaciones tener un uso sostenible de este recurso y lo preocupante es que la tendencia de afectación en lugar de disminuir va en ascenso. Y eso que estamos considerados la cuarta reserva hídrica del planeta.
Es claro que mas que una amenaza los grupos terroristas y el narcotráfico vienen llevando a cabo un impacto abrasivo sobre nuestros recursos hídricos por causa de la deforestación, la contaminación y los ataques terroristas y todo esto esta poniendo en riesgo la supervivencia de los colombianos y el futuro de la humanidad, esto ya es insostenible.
Otro fenómeno de alto impacto medio ambiental es el cultivo y la producción de narcóticos, esto representa una seria amenaza para el entorno en la región andina y el sector selvático del sur del país. Los cultivadores de las plantas narcóticas, tiende a ubicar estos cultivos en zonas selváticas alejadas, casi siempre en terrenos montañosos y empinados. Para poder preparar el terreno los bosques son arrasados y quemados antes de sembrar la coca. Debido a la poca fertilidad y a la necesidad de evadir a las autoridades, los campos se abandonan después de dos o tres siembras y se abren nuevos campos selva adentro. Y el daño queda realizado y volver a recuperar este espacio natural tarda más de 50 años.
Esta mala práctica acelera la deforestación y destruye, entre otros, recursos madereros que de otra manera podrían estar disponibles para un uso sostenible de la tierra selvática. Es claro que la práctica recurrente de sembrar en un suelo tan frágil puede llevar rápidamente al deterioro ambiental y al agotamiento de los recursos naturales, especialmente a la erosión del suelo y a la pérdida de la capa superior y la sedimentación río abajo.
Se sabe que el procesamiento de alcaloides se realiza con una gran variedad de precursores químicos como el ácido sulfúrico, la acetona, y el éter entre otros, y que son vertidos a los suelos y ríos. Estas sustancias químicas erosionan rápidamente el suelo y por consiguiente constituyen una carga de sedimentos en los cauces de los ríos y quebradas, lo que disminuye la capacidad de drenaje y riego, aumentando la frecuencia de inundaciones, y constituyendo en una amenaza para las comunidades que se asientan en las riveras de los ríos.
Estos químicos causan también daño a la fauna y a la flora, directa o indirectamente, por medio de la cadena alimenticia. Generan también disminución del contenido de oxígeno en el agua, lo que conlleva a la perdida de biodiversidad en el medio acuático. Y luego esto por diversos procesos pasa a afectar al hombre que consuma productos animales o vegetales provenientes de esta contaminada cadena alimenticia conllevando el riesgo de que pasen al cuerpo humano diversos agente agentes cancerígenos y mutagénicos.
La Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional contabilizó que el 73% de las 102.071 hectáreas de cultivos ilícitos existentes en el país, están ubicadas cerca de grandes cuencas hidrográficas como las de los ríos Putumayo y Caquetá; Así mismo, se tiene que entre 1990 y 2000 se deforestaron 1`361.475 hectáreas de bosque Húmedo Tropical.
Los narcotraficantes, a través de sus cultivos, han hecho presencia, inclusive, en los Parques Nacionales Naturales de Colombia. Para el año 2000 se calculaba un total de 4.660 hectáreas de coca y 199 de amapola en estos parques, con una destrucción de bosque de 14.500 hectáreas para su instalación. Y a pesar de los planes de erradicación las cifras se han mantenido y en algunas zonas ha aumentado.
Entre otros parques naturales afectados tenemos: Parque de los Picachos, ubicado en los municipios de Tello ( Huila), y San Vicente del Caguán ( Caquetá). Tiene 439 mil hectáreas y posee 25 cascadas de 300 metros de altura en la cuenca del río Pato. La serranía de la Macarena, considerada por los científicos del mundo como uno de los sitios de más alta biodiversidad en el planeta. El páramo del Sumapaz, lugar de nacimiento de varios ríos de la región del Orinoco y de múltiples afluentes del Magdalena; además, contiene numerosas lagunas y grandes escarpes que constituyen nidos hidrográficos donde se originan los ríos Cabrera, Sumapaz y Gaupe.
Al igual que el Macizo colombiano, la zona del Sumapaz, es otro punto estratégico para el desarrollo de las operaciones de las Farc. En la actualidad ésta región es un corredor natural que comunica a los departamentos de Caquetá y Meta con Bogotá, por el que transitan y acampan varios frentes y columnas móviles de las Farc, rutas que claramente rompen el equilibrio natural, con la apertura de trincheras, la tala de flora y la utilización de árboles en crecimiento para la construcción de cambuches.
Se presenta también la compleja problemática del desplazamiento forzado. Se calcula que desde el año 1995, 3,5 millones de personas han sido desplazadas de sus territorios. Esta cifra implica el despoblamiento de los campos productivos en el país, que en su mayoría son medianas y pequeñas extensiones. El acumulado de experiencias de adaptación al territorio, mediante las cuales los campesinos alimentaban a todo el país se pierde y va a parar a los cinturones de miseria de las grandes ciudades; la pérdida del conocimiento popular del territorio es sumamente grave, considerando que son experiencias fundamentales a la hora de plantear nuevas maneras de relacionarse con el entorno natural.
Y que decir a los atentados a los acueductos, de acuerdo a información del ministerio de defensa nacional, el 20 de enero de 2002, guerrilleros del Frente 53 de las Farc activaron una carga explosiva contra la válvula de seguridad de la presa Golillas, del embalse de Chingaza, que surte de agua potable a más de 7 millones de habitantes de Bogotá. Las consecuencias del atentado terrorista no fueron mayores, gracias a la rápida intervención de la Fuerza Pública y de los técnicos del acueducto. Sin embargo, técnicamente, el 'vaciado rápido' de una represa como la de Chingaza, hubiera provocado una avalancha de proporciones gigantescas que habría destruido la cuarta parte de Villavicencio, capital del Meta.
15 días después, terroristas del Eln dinamitaron la bocatoma del acueducto de Pailitas, una población de 20 mil habitantes del Cesar, que quedó sin el servicio de agua por este demencial atentado. Esta acción terrorista violó doblemente las normas del Derecho Internacional Humanitario, pues los subversivos además de destruir un bien indispensable para la población civil, sembraron minas antipersonal con las que causaron heridas a seis obreros que llegaron al lugar para superar la emergencia.
Poco después y a pesar de las peticiones y acciones de la población civil en contra de los atentados, el 15 de marzo de 2002, el acueducto de Carmen de Bolívar en Cartagena fue atacado con explosivos y tuvo en vilo a cerca de 900.000 habitantes de la región.
El 13 de enero de 2003 un nuevo atentado contra otro acueducto sucedió esta vez en la vereda El Tambor, jurisdicción de San Carlos Antioquia. Por tres días el servicio de agua potable fue suspendido, afectando a sus 1.000 habitantes, todos ellos humildes campesinos. Finalmente el 18 de febrero de este mismo año, la oportuna acción de la Policía Nacional logró neutralizar un atentado contra el acueducto de Manizales que pretendían hacer terroristas de las Farc.
El Derecho Internacional Humanitario señala que quienes se encuentran en una confrontación deben proteger el medio ambiente, absteniéndose de emplear métodos de hacer la guerra que produzcan daños extensos, duraderos y graves a la naturaleza y que afecten la salud o supervivencia de la población civil. El artículo 15 del protocolo II, dice: “se protege las obras o instalaciones que contienen fuerzas peligrosas (presas, diques y centrales nucleares de energía eléctrica). Por eso, prohíbe expresamente que esas instalaciones sean atacadas si con esto se puede producir la liberación de tales fuerzas y causar pérdidas importantes en la población civil”.
Aunque las Farc no reconocen este tipo de convenios internacionales, sí han declarado que sus acciones no están encaminadas a atentar contra los civiles. Sin embargo, los ataques a la infraestructura de agua, afecta directamente a la población.
De otra parte están los atentados a los oleoductos. Según la Compañía Colombina de Petróleos, Ecopetreol, en los últimos 15 años sólo el oleoducto Caño Limón-Coveñas ha sufrido más de 900 atentados terroristas, lo que condujo a un derramamiento de más de 450 millones de litros de petróleo en el medio ambiente. Y remediar esto en termino ecológicos es bien complejo y difícilmente se recupera el medio natural.
Investigaciones realizadas por expertos ecologistas y el Ministerio del Medio Ambiente, afirman que como consecuencia de estos atentados están amenazadas, además de la cuenca del Río Arauca, fuentes de agua tan importantes como los ríos Catatumbo, Magdalena, Tarra, Tibú, Ité y Putumayo.
De acuerdo con un estudio del mismo Ministerio, 2.600 kilómetros de ríos y quebradas han recibido el impacto de derrames de crudo como consecuencia de los atentados guerrilleros. Igualmente, alrededor de 1.600 hectáreas de ciénagas han sido contaminadas por estas acciones violentas.
Sólo en 1998, subversivos del Eln ocasionaron el más grande derrame de crudo en aguas continentales del mundo, con un volumen superior a los 14`787.000 litros de petróleo, tragedia comparable con el accidente del buque petrolero "Exxon Valdez", que vertió en las aguas de Alaska, 42 millones de litros del crudo el 24 de marzo de 1989.
Dadas estas circunstancias los daños a las fuentes hídricas, suelos, aire, fauna y vegetación son prácticamente irremediables, pues los procesos de descontaminación no alcanzan a cubrir todas las áreas afectadas y se realizan mucho tiempo después de que el crudo ha penetrado el ecosistema.
Estas acciones también son condenadas por el Derecho Internacional Humanitario: "Lo que resulta prohibido por la normativa humanitaria es combatir empleando deliberadamente medios o métodos con los cuales se produzcan daños al entorno natural o cuyo resultado previsible sea la provocación de tales perjuicios" (Hans Blix, "Medios y métodos de combate", en: Las dimensiones internacionales del Derecho Humanitario, Ed. Tecnos, Madrid, 1990, p. 157).
En el caso particular de Colombia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos declaró: “las voladuras de oleoductos por parte de los grupos guerrilleros como infracciones al Derecho Internacional Humanitario, materializados en ataques indiscriminados contra los bienes civiles, cuyos efectos sobre la salud y supervivencia de la población civil y sobre la conservación de los recursos naturales son imposibles de restringir y de cuya utilización no puede desprenderse una ventaja militar clara y definida.
Los ecosistemas destruidos difícilmente serán recuperados y las aguas afectadas por más depuraciones que se le realicen no volverán a su estado natural. Y mientras estas acciones terroristas no se acaben las generaciones futuras no tendrán ni siquiera la opción de disfrutar un medio ambiente sano y tanta riqueza natural poco a poco se ira perdiendo. Así el panorama es bastante desalentador y de verdad se necesita de forma inmediata acciones de cambio, acciones de conservación y no simplemente intenciones. Tenemos ante nosotros un enorme reto y demasiados agentes con diferentes tipos de interés, y tristemente poco interés por velar por el patrimonio ambiental de los colombianos.












BIBLIOGRAFIA

RICR, n° 133, enero-febrero de 1996, pp. 60-62. Para el texto de la Declaración Final de la Conferencia Internacional para la Protección de las Víctimas de la Guerra, véase RICR, n° 119, julio-agosto de 1993, pp. 398-402 y, para las Recomendaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos para la Protección de las Víctimas de la Guerra, véase RICR, n° 127, enero-febrero de 1995, pp. 36-42.
A. Bouvier, «La protección del medio ambiente en período de conflicto armado», RICR, n° 108, noviembre-diciembre de 1991, pp. 603-616, y «Trabajos recientes sobre la protección del medio ambiente en período de conflicto armado», RICR, n° 114, noviembre-diciembre de 1992, pp. 585-599.
«Trabajos recientes sobre la protección del medio ambiente en período de conflicto armado» (nota 2), p. 599.
Véanse los artículos de A. Bouvier (nota 2) y el informe, más reciente, de H. P. Gasser, «For a better protecfion of the natural environment in armed conflict: a proposal for action», American Journal of International Law, 1995, vol. 89, pp. 637-644.
AG res. 49/50, de 9 de diciembre de 1994. Las Directrices figuran en anexo al documento de las Naciones Unidas A/49/323 (1994). Véase H. P. Gasser (nota 4).
Panorama actual de la región del Sumapaz. Fondo de Inversión para la paz. Vicepresidencia de la República de Colombia

Reichel, D. E. (1999). Cognopirateria y tráfico del conocimiento. Ciencias sociales en la Amazonía colombiana: guerra, etnicidad y conocimiento. Bogotá, Comisión Regional de Ciencia y Tecnología de la Amazonia: 143-201.

Hernández, S. Desconocimiento del potencial estratégico de la biodiversidad. Informe nacional sobre el estado de la biodiversidad. Tomo II. Instituto Alexander von Humboldt PNUMA, Ministerio del Medio Ambiente. Bogotá. 1997.

Información Ministerio de Defensa y Policía Nacional. 2005


Wednesday, September 14, 2005

ORDENACION AMBIENTAL DEL TERRITORIO UTOPIA O POSIBILIDAD:
Vision desde la Ecología Urbana
(Parte I)

La especie humana es la única capaz de alterar los ciclos de la energía, de los
nutrientes y de los materiales, fiel demostración de ello es el ecosistema urbano. Este es
complejo, artificial, dependiente tecnológico, con una dinámica muy grande de
expansión y de cambio.
En este ecosistema la especie dominante se adapta a las condiciones locales y
regionales, mostrándonos ese grado de adaptabilidad con el conocimiento de ese
entorno. Este ecosistema no es nada natural, es solo el fruto de un antropomorfismo, con
unos niveles de consumo altísimos.
Es por ello que el mismo hombre se plantea una corrección a su actual comportamiento
y para ello parte de lo sostenible aquello que de alguna manera sea racional y permita
perpetuarse; ampliando con ello términos como calidad de vida, equidad, mejorando
estándares de satisfacción social, económicos, ambientales y desde luego ecológicos.
Así entonces se persigue el rediseño de un espacio que de alguna manera sea consciente
del consumo de recursos la calidad del entorno y el balance de energía y ello a través
del ordenamiento ambiental territorial OAT.

1. Introducción
A nivel mundial se observa a diario el fenómeno de dependencia en los recursos
naturales para asegurar el nivel de desarrollo. América latina no es ajena a esta
dependencia y por ende las presiones que hace sobre sus ecosistemas y en sus recursos
naturales se dará de forma cada vez más intensa, tal como se viene sintiendo hasta ahora
en los ecosistemas urbanos y rurales de esta región. (Imagen 1, 2, 3 y 4)


La imagen anterior nos muestra un ejemplo claro del gasto energético asociado a las
grandes urbes. (Zonas iluminadas de la imagen). De acuerdo con el informe del 2001
del Instituto de Población en Washington, titulado Población y futuro urbano: “las
ciudades sólo ocupan un 2% del total del suelo del planeta pero albergan un 50% de la
población mundial, consumen el 75% de sus recursos y generan el 75% de los
residuos”.
Es clara aquí la problemática urbana. Ciudades como Buenos Aires, Santiago de Chile,
Sao Paulo, Caracas, México D.F y Bogotá entre otras, presentan problemas críticos
que van desde las necesidades de recursos hídricos, su saneamiento básico, la
problemática de vivienda, la contaminación ambiental (ya sea visual, lumínica, sonora,
atmosférica etc), el ordenamiento territorial-ambiental y la gran inversión de
infraestructuras. En las imágenes 2 , 3 y 4 vemos como la ciudad de Bogotá presenta un
enorme gasto energético, reflejado este en el alveodolo lumínico que genera en su
periodo nocturno.



Las anteriores imágenes nos permiten ubicarnos en el concepto de flujo energético, aquí
vemos claramente como parte de ese flujo se activa en consumo de energía en las
grandes urbes y se ve claramente una de sus dimensiones, por la cantidad de luz que se
dispersa, lo que ya se conoce como contaminación lumínica3.
No solo este flujo de energía genera desperdicios y nos aleja de parámetros sostenibles,
hay otros flujos que merecen del mismo modo atención y análisis para llegar aun flujo
energético sostenible dentro de un ecosistema, y mas si este ecosistema es un entorno
urbano como lo es Bogotá.

(Proximamente hablare como se realizan estudios de ecología urbana y como se ordena ambientalmente un territorio)

Tuesday, August 23, 2005


LA PROBLEMÁTICA AMBIENTAL Y EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO UNA VISION DESDE EL DERECHO AMBIENTAL

“Los bosques preceden a las civilizaciones, los desiertos las siguen.”
Francois-Agust René de Chateaubriand (1769-1948), escritor y político francés


De acuerdo a cifras del ministerio de medio ambiente, y de instituciones como el instituto Von Humboldt, Colombia ocupa el segundo lugar en biodiversidad del planeta. El país posee entre el 10% y el 14% de la diversidad del planeta en una superficie equivalente al 0.8% de las tierras emergidas del mundo (114’174.800 Has).

Colombia tiene entre 45.000 y 50.000 especies de plantas vasculares; también contamos con el mayor número de especies de palmas en el mundo (258 especies). Entre ellas está la Palma de cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense), que es el árbol nacional.

En Colombia habitan 1.815 especies de aves equivalentes al 19% de las especies en el mundo y al 60 % de las especies en Sudamérica, esta variedad ubica al país en el primer lugar a nivel mundial. De otro lado existen 30 especies de primates que ubican a Colombia en el quinto lugar del contexto internacional.
Se han reportado 2.890 especies de vertebrados lo que coloca al país en un tercer lugar a nivel mundial; la alta representación de mamíferos con 456 especies reportadas, ubica a Colombia en cuarto lugar en el mundo.

Existen 222 especies de saurios en el territorio nacional, y es el tercer país en el mundo con mayor número de especies de reptiles. Otro de los grupos zoológicos que ubica al país en un primer lugar mundial son los anfibios con 583 especies identificadas. En sus aguas continentales, Colombia tiene cerca de dos terceras partes de las 3.000 especies de peces descubiertos a escala mundial. A lo largo de sus 3.000 Km. de litoral en los dos océanos y en sus sistemas insulares, Colombia posee 6.600 millones de Has. en ecosistemas marinos y costeros que cubren el 95% de la plataforma continental, también existen diversos y productivos tipos de ecosistemas marino-costeros, tales como arrecifes coralinos, bosques de manglar, del cual existen 379.954 Has que representan el (2,2%) de las 17 millones de hectáreas en el mundo, lagunas costeras y deltas, praderas de fanerógamas, sistemas de playas y acantilados. Ellos proveen diversidad de bienes y servicios que sostienen las actividades económicas tales como pesca, actividad portuaria y de transporte, agricultura, industria y turismo, así como los diversos usos tradicionales de las comunidades locales.

La superficie de Colombia está cubierta por 53 millones de hectáreas de bosques naturales, 22 millones cubiertas por sabanas, zonas áridas y humedales y un millón por aguas continentales, picos de nieve y asentamientos urbanos. Por lo menos 38 millones de hectáreas se encuentran bajo uso agrícola y procesos de colonización.

Hace mucho que se sabe que la Biodiversidades un factor de la función de producción, de hecho es un recurso estratégico debido a que las tecnologías de punta hacen uso de ésta, y si
es estratégica debe ser controlada, y esto precisamente es lo que busca el TLC, obviamente en beneficio de las compañías transnacionales norteamericanas.

Consideremos también que la posición geográfica de Colombia facilita un corredor para el flujo de bienes hacia el norte y hacia los grandes mercados de la economía global. Los Estados Unidos concentran el 80% de su economía entre el río Mississipi y la Costa Atlántica lo que implica una gran dificultad de transportar productos hacia la costa pacífica con el fin de exportarlos hacia los mercados del pacífico asiático, zona con la que los Estados Unidos desarrollan un intercambio sumamente dinámico. No en vano señalaba el entonces presidente Reagan, el 24 de febrero de 1982, al presentar el Plan para la Cuenca del Caribe: "La región del Caribe es una arteria vital, estratégica y comercial para los EEUU...” y Colombia es un eje central entre el Caribe, Centro América y Sudamérica.
Imagen 1.1 Earth’s City Lights. Global city lights. Estados Unidos, está brillantemente iluminado por sus ciudades, mientras que las zonas interiores de Sudamérica permanecen (por ahora) oscuras y poco pobladas. (Imagen de Craig Mayhew y Robert Simmon, NASA GSFC. Basada en datos del Satélite Meteorológico del Programa de Defensa, cortesía de Christopher Elvidge, NOAA National Geophysical Data Center).La imagenO nos ubica en la zona del tratado de libre comercio. Año 2000.
Como se puede observar en la imagen 1.1 el gasto energético asociado a los altos consumos se manifiesta en las áreas más iluminadas, estas áreas presentan una baja biodiversidad y pocos recursos naturales, caso del cual es fiel reflejo los Estados Unidos. A diferencia de las áreas oscuras de la comunidad andina que presentan una amplia Biodiversidad y muchos recursos naturales.

El tratado de libre comercio (TLC) pretende garantizar el entorno más favorable posible a los inversionistas, es decir a los inversionistas extranjeros, en primer término de los Estados Unidos. Se propone en la parte de definiciones del TLC: "inversión significa todo activo de propiedad de un inversionista o controlado por el mismo, directa o indirectamente, que tenga las características de una inversión, incluyendo características tales como el compromiso de capitales u otros recursos, la expectativa de obtener ganancias o utilidades, o la presunción de riesgo". Esta definición es obviamente lo suficientemente amplia y ambigua como para garantizar derechos a muchísimas actividades, desde la especulación financiera hasta la mercantilización privatizadora de la biodiversidad.

El TLC consolida, entre otros, dos muy importantes mercados de inversión: los servicios y lo relativo a propiedad intelectual. La inversión puede dirigirse a diferentes fines. Actualmente, los servicios son el sector de mayor crecimiento; en los países de la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económicos (OECD) de la cual Estados Unidos es su principal miembro, significan entre el 60-70% del producto global y del empleo, pero representan sólo el 20% del comercio mundial.
Antes de 1995 los acuerdos de liberalización comercial enfatizaban en bienes, no en servicios. No obstante, la lógica de acumulación capitalista exige la incorporación de nuevos negocios, función que de sobra cumple el sector servicios.
Ahora bien, este TLC amenaza sensiblemente nuestros servicios públicos más ligados a los recursos naturales, a través de diferentes propuestas que nos atan como sociedad y profundizan la mercantilización de la Naturaleza, esta mercantilización de los recursos de la Naturaleza se consolida con las propuestas en materia de propiedad intelectual. En este sentido Estados Unidos busca romper las barreras legales que en Colombia le impiden patentar animales y plantas y, en general, cualquier ser vivo diferente a un microorganismo.

Así se ve en el capítulo sobre propiedad intelectual del proyecto de tratado de libre comercio (TLC), en el artículo 8 de dicho capítulo dice: "Cada parte (cada país que firme el TLC) deberá permitir las patentes para las siguientes invenciones: a) plantas y animales, y b) procedimientos diagnósticos, terapéuticos y quirúrgicos para el tratamiento de humanos y animales".

En caso de que Estados Unidos logre que este artículo haga parte del tratado, se podrían patentar genes y partes de la materia viva tal como se lo permiten sus leyes de protección de los derechos de propiedad intelectual, que es uno de sus objetivos en el TLC. Esto abriría la posibilidad para que el titular de ese derecho sea el propietario de una especie, una raza, de individuos y hasta de un híbrido.

Para muchos es claro que una patente se define como la concesión y protección que otorga un gobierno a un inventor para que explote de manera exclusiva durante cierto tiempo, usualmente 20 años, el producto de sus investigaciones. Para obtener la patente se exige que el producto sea nuevo, que tenga altura inventiva y que tenga aplicación industrial, en este sentido la descripción de un ser vivo no puede considerarse una invención y, por lo tanto, no tiene derecho a patente.

De permitirlo estaríamos dando pasos hacia atrás y olvidando lo que a nivel andino se ha trabajado en los últimos años en materia de protección de la biodiversidad explícitamente con decisión 391 del 2 de julio de 1996.
La decisión reconoce como "un valor estratégico en el contexto internacional" la mega diversidad biológica en el área andina, una de las mayores del mundo, y los recursos genéticos. Esta normativa tiene mayor jerarquía jurídica que las legislaciones nacionales de sus países miembros. Reconoce los derechos de las comunidades indígenas, afroamericanas y campesinas "sobre sus conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales asociados a los recursos genéticos y sus productos derivados".
No obstante como esta norma es de carácter supranacional, nuestro país no puede modificarla unilateralmente, ya que sería una flagrante violación al ordenamiento regional.

Es mas la Organización Mundial de Comercio (OMC) permite excluir los animales y las plantas del patentamiento, pero Estados Unidos quiere ir mucho más allá de las normas de esta institución sobre protección a la propiedad intelectual y por esto busca que sus intereses queden plasmados en el TLC.

Por ello intenta, obligar a Colombia a suscribirse a diferentes tratados sobre patentes y protección de variedades vegetales que, con ello se supera lo establecido por la OMC en declaraciones como la del 14 de noviembre de 2001 en el marco de la IV Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) realizada en Doha, Qatar. Entre algunos logros simbólicos de la Declaración de Doha en cuanto al medio ambiente está el reconocimiento de los países a la labor de algunos miembros de llevar a cabo Estudios de Sustentabilidad Ambiental del Comercio. En segundo lugar, que a ningún país se le debe prohibir tomar medidas necesarias para proteger la salud humana, animal o natural. En la práctica, este último compromiso podría ser el más progresivo para el medio ambiente. Con lo que se observa que se va en contraposición a lo que pretende Estados Unidos con el TLC.

En el tema de patentes, Estados Unidos busca ampliar el espectro de las invenciones patentables, pues además de las plantas y los animales también busca patente para los procedimientos diagnósticos, terapéuticos y quirúrgicos para el tratamiento de humanos y animales, como lo mencione anteriormente.

En la misma línea pretende aumentar la vigencia de una patente (en Colombia es de 20 años) "para compensar retrasos injustificados que ocurran en la aprobación de la patente". Lo mismo en el caso de productos farmacéuticos por demoras en el proceso de autorización de su comercialización.
Y de manera adicional pretende que ninguna parte use la divulgación pública como motivo para no otorgar la patente por falta de novedad o de actividad inventiva, si la divulgación (1) fue hecha o autorizada por, o deriva de, el solicitante de la patente; y (2) si se produce dentro de los 12 meses anteriores a la fecha de presentación de la solicitud.

Esto dejaría de lado la política de protección de la biodiversidad y del conocimiento que se tenga de la misma.

En la comunidad científica es claro que pese a todos los avances científicos logrados en las últimas décadas en el campo de la genómica y de las técnicas de investigación farmacéutica, el desarrollo de nuevos medicamentos ha venido en franco retroceso. Esta es una de las razones por las cuales el conocimiento que poseen nuestras comunidades indígenas y locales sobre las propiedades de la diversidad biológica ha cobrado especial importancia.

Laboratorios farmacéuticos, universidades, institutos de investigación médica y de la agricultura han logrado aplicaciones industriales a partir de los recursos genéticos, las cuales alcanzan un mercado estimado en 43 mil millones de dólares de acuerdo a cifras de la OCDE basadas en el estudio de el especialista Darreil Posey. Estos desarrollos, sin embargo, no han tenido retribución a sus generadores, las mismas comunidades, y algunos casos recientes de compensación no la efectúan de manera equitativa.
Para las corporaciones transnacionales constituye una ventaja utilizar el conocimiento que tienen las comunidades sobre propiedades curativas de plantas, sobre sus acciones anti plaguicidas y sobre métodos de cultivo, ya que con esta información evitan gastar tiempo y dinero en procesos aleatorios de investigación, yendo sobre pistas más seguras a buscar resultados concretos de manera más rápida.

Para las comunidades étnicas y locales, por su parte, su conocimiento, más que una pieza aislada útil, configura todo un sistema, su forma de vida, dentro de una concepción holista en donde no existe separación entre hombre y naturaleza. Constituye, en esa medida, una práctica de ciencia no reduccionista, un completo sistema de innovación.

La acelerada tasa de disminución de la diversidad biológica, parte constitutiva de la cual son los conocimientos vernáculos, impone con urgencia encontrar mecanismos que garanticen su conservación y permitan un uso sostenible. El resto de la sociedad global podría derivar inmensos beneficios, merced a las ventajas de la diversidad, y las comunidades asegurarían su supervivencia. Esto último al parecer lo tiene mas claro el equipo negociador norteamericano que el andino.

Pero debe hacerse respetando las características de ese conocimiento y las de las comunidades mismas, no a la manera reduccionista e individualista de la sociedad de occidente. La solución a este dilema no podrá fundamentarse en el marco de los derechos de propiedad intelectual existentes o los que se pretenden dar en el marco del TLC, que premian la inventiva individual de persona o colectivo. Tampoco pueden proponerse soluciones fundadas en el incentivo puntual sobre desarrollo de productos novedosos y útiles. Existe suficiente evidencia de que incentivos individuales pueden llevar a la desaparición de los grupos y ya de ello existen sobradas experiencias. Nuestra constitución ha es clara en declarar la protección de las minorías étnicas, no obstante el desarrollo normativo y los intereses económicos han desviado este objetivo.

La lógica de protección debe hacerse sobre la base de asegurar la supervivencia de las comunidades y de sus sistemas de conocimiento, respetando la integridad de sus derechos. Diversos foros e instancias internacionales -como el Convenio de la Diversidad Biológica (ley 165 de 1994) y el sistema de Naciones Unidas- llevan debatiendo este tema más de una década.

No es un problema que se vaya a solucionar en las rondas de negociación del tratado de libre comercio con Estados Unidos, en donde ni siquiera debería estar sobre la mesa, a no ser para exigir el respeto de la normatividad existente.

Estados Unidos ha venido patentando la biodiversidad andina en una práctica que debe llamarse con nombre propio biopiratería. Esta no es más que el usufructo ilegal de recursos genéticos y conocimientos tradicionales vinculados a ellos.

La biodiversidad produce enormes riquezas que están engordando a poderosos saqueadores. Ellos, a diferencia del negociador ingenuo, saben que pueden ganar mucho dinero a partir de la naturaleza. Por eso están dedicados a patentar cuanto pueden y cobrar por "su" producto. A eso se llama "bioprospección". En 1994, según el especialista Darreil Posey, el comercio anual de grandes laboratorios con medicamentos basados en plantas y sabiduría comunal alcanzó a 43 mil millones de dólares, y el tráfico de semillas a 13 mil millones.
En su estudio "Cognopiratería y tráfico del conocimiento", la antropóloga colombiana Elizabeth Reichel describe claramente lo que está sucediendo: "La bioprospección es un mecanismo para obtener material biológico con destino a países desarrollados para surtir la base de sus industrias farmacéuticas, de producción de semillas, perfumes, pinturas, gomas y resinas, remedios y venenos y otros materiales. Luego de transformado, ese material ingresa al mercado en productos cuyo propietario o firma comercial detenta legalmente el monopolio del 'invento' o 'descubrimiento', y en algunos casos es respaldado por patentes u otros sistemas de propiedad".

Para que sirva de ilustración esta el caso del yagé en 1986, el empresario norteamericano Loren Miller obtuvo patente norteamericana sobre el yagé o ayahuasca, planta amazónica milenaria. En 1994, una agrupación de 400 tribus brasileñas se enteró del exabrupto y, con ayuda internacional, demandó y tumbó el registro. Pero en el 2001 los abogados de Miller hallaron un inciso que les permitió resucitar la patente.
Otro caso es el del maíz: DuPont, multinacional señalada por Greenpeace como "líder mundial en biopiratería", ha solicitado registros de 150 organismos vivos; la Oficina Europea de Patentes estudia su solicitud de propiedad de una antiquísima y conocidísima variedad centroamericana de maíz de alto contenido oleico. De aceptarse tal patente, DuPont se haría a un virtual monopolio maicero global.
Otro caso el Árbol de nim (margosa, Paraíso de India): desde hace siglos los campesinos asiáticos extraen de este frondoso árbol insecticidas, pesticidas y fungicidas de forma natural. Como si ellos no existieran, la Oficina de Patentes de E.U. concedió derechos a W.R. Grace sobre derivados del nim.
También esta el resonado caso de la Camomila, en 1988, Suiza reconoció patente al laboratorio alemán Degussa sobre la variedad "manzanilla" de camomila. Posteriormente tuvo que retirarla siete años después, tras un costoso pleito. Y la lista no termina aquí día a día crece y lo mas preocupante nos enteramos de ello o quizás pasado muchos años como en el caso del yagé.
Cientos de organizaciones del Tercer Mundo luchan desde hace años contra el saqueo del conocimiento milenario. Abundan declaraciones contra las biopatentes, como la de Beijing (1995) y la Carta de Marañón (2001). Meses atrás la ONG Médicos sin Fronteras clamó: "Hacemos un llamamiento a los países del continente americano para que excluyan todas las disposiciones relativas a la propiedad intelectual contenidas en el acuerdo del Alca. Si allí se proponen nuevas y más estrictas normas sobre propiedad intelectual, perjudicará la salud de los países americanos".
Por todo esto, y por muchas razones más, no se puede firmar el capítulo 8 del TLC sin comprometer a las futuras generaciones de colombianos y de esta manera negarles su patrimonio natural y la opción a un desarrollo sostenible, necesitamos una mayor investigación de nuestra biodiversidad y de ser posible trabajándola como contabilidad ambiental, así como una labor de seguimiento al desarrollo normativo acorde para la protección de la misma salvaguardando lo logrado hasta ahora entre otras con:

Dcto 2811/74: Decreto con fuerza de ley. Código de Recursos Naturales,
Dcto 622/77: Reglamentario del Código de Recursos Naturales,
Dcto 1608/78: Reglamentario del Código de Recursos Naturales en de Fauna Silvestre , Ley 47/89: Convenio Internacional de Maderas Tropicales,
Dcto 1974/89: Reglamentario del Código de Recursos Naturales sobre Distritos de Manejo Integrado,
Constitución Política de 1991,
Ley 21/91: Convenio sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes,
Ley 70/93: Comunidades negras,
Ley 99/93: Crea el Ministerio del Medio Ambiente y organiza el SINA,
Decisión 345/93: Régimen Común de Protección a los Derechos de los Obtentores de Variedades Vegetales,
Ley 165/94: Convenio sobre Diversidad Biológica,
Ley 191/95: Por medio de la cual se dictan disposiciones sobre Zonas de Frontera,
Dcto 1745/95: Reglamentario de la ley de Comunidades Negras,
Dcto 1397/96: Por el cual se crean la Comisión Nacional de Territorios Indígena y la Mesa Permanente de Concertación con los Pueblos y Organizaciones Indígenas y se dictan otras disposiciones,
Decisión 391/96: Régimen Común sobre Acceso a Recursos Genéticos,
Ley 299/96: Por la cual se protege la flora colombiana, se reglamentan los jardines botánicos y se dictan las disposiciones,
Dcto 730/97: Por el cual se determina la Autoridad nacional Competente en materia de acceso a los recursos genéticos.

Thursday, July 28, 2005


COMERCIO CON EL MEDIO AMBIENTE: BONOS DE CARBONO

El siguiente documento constituye una introducción al tema de los bonos de oxigeno y los sumideros de carbono, brinda una aproximación a la oportunidad de negocio en este tema y a las expectativas que brinda este nuevo mercado, otros temas que complementarían a este están en lo concerniente a agricultura biológica, conservación de la biodiversidad y bioprospecion. Proyectos que claramente se pueden desarrollar en la zona del Pacifico Colombiano por ejemplo.
INTRODUCCIÓN:

“El planeta se está calentando”. La Tierra está sufriendo un Cambio Climático, pero ¿qué es lo que produce este cambio en la temperatura global ?
El clima de un planeta se decide por su masa, su distancia al sol y la composición de su atmósfera. La composición de la atmósfera de la tierra es de 78% nitrógeno, 21% oxígeno y 1% otros gases.
La tierra tiene un sistema natural para el control de la temperatura. Los gases de efecto invernadero (GEI) son de gran importancia para dicho control. En promedio, cerca de un tercio de la radiación solar que golpea la tierra es reflejada de nuevo al espacio. Del resto, una parte es absorbida por la atmósfera, y la otra parte (que es la mayoría de la radiación) es absorbida por la tierra y los océanos, provocado que la superficie de la tierra se caliente y que emita radiación infrarroja. Los gases de invernadero atrapan la radiación infrarroja, calentando así, la atmósfera. Éstos, a los que llamamos gases de efecto invernadero (GEI’s), se presentan de manera natural en la atmósfera, y son: vapor de agua, el bióxido de carbono, el ozono, el metano y el óxido nitroso, y juntos crean un efecto natural de invernadero. Estos gases, encargados de calentar la atmósfera llevan la temperatura media anual de –18° C a alrededor de 15° C, haciendo posible la vida en nuestro planeta.



Desde el inicio de la era industrial (siglo XVII), las emisiones de los GEI’s han aumentado considerablemente como consecuencia del uso de energías derivadas de fuentes fósiles usadas en las actividades del hombre. La utilización de combustibles fósiles, la deforestación, la quema de biomasa y la ganadería son actividades humanas que liberan gases de efecto invernadero. Esto ha provocado desequilibrios ecológicos. Las zonas climáticas se desplazan, los glaciares de descongelan, trayendo así, un aumento en el nivel medio de las aguas del planeta.
La parte significativa de emisiones del bióxido de carbono proviene de la producción energética, de procesos industriales y de transporte, es decir, que la mayor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero son de los países industrializados, y dada la desigual distribución de la industria en todo el mundo, los países en vías de desarrollo son los más afectados con estos cambios climáticos.

EL PROTOCOLO DE KIOTO:

Todos estos cambios que experimenta la humanidad, han preocupado a la comunidad internacional en aspectos socioeconómicos, políticos, jurídicos, etc. Desde el hecho de preparar a los países potencialmente más afectados para enfrentar el cambio climático hasta ver los efectos en la estructura económica que podría traer una disminución en el consumo de combustibles fósiles, por mencionar algunos.
De cualquier manera todos los países, sea cual sea su tasa de crecimiento, de desarrollo, de población o de industrialización se verán afectados por el inevitable cambio climático al que nos enfrentamos día a día.
Lo primero a realizar para enfrentar este cambio climático es reducir las emisiones de GEI’s, en especial de CO2, tanto industrial como domésticamente. Esto se puede lograr a través del desarrollo e incorporación de tecnologías menos contaminantes, así como cambios en las fuentes de energía, por ejemplo: la eólica, solar, hidráulica, etc, de modo que se generen menos emisiones. Estos cambios tan profundos dentro de los sectores económicos pueden conllevar costos altos si no se realizan con la ayuda de la comunidad internacional.
La mitigación del cambio climático es una razón más para impulsar diversos programas de conservación, reforestación, aprovechamiento sustentable de recursos renovables, promoción del desarrollo sustentable, apoyo a la transferencia tecnológica, mejoramiento de la eficiencia energética, impulso a las fuentes renovables de energía, entre otros.
El Protocolo de Kyoto adoptado en 1997, se encontró con diferentes barreras para ser ratificado por algunos países. Quedó abierto para firma durante un año a partir del 16 de marzo de 1998, más cada país puede ratificarlo en cualquier momento.
Dentro del Protocolo de Kyoto los países se dividen por anexos. Países pertenecientes al Anexo I, es decir países desarrollados y por lo tanto con más emisiones de GEI’s, que se comprometen a reducir los niveles de estas emisiones, así como brindar asesoría, apoyo técnico y financiero a los países en vías de desarrollo (países cambiando a economías de mercado, no Anexo I). Estos países acordaron a su vez, proteger el sistema climático para beneficio de la humanidad sobre una base de equidad y de acuerdo con sus responsabilidades y capacidades.
Según lo estipulado en el artículo 25 del Protocolo, éste entrara en vigor 90 días después de la fecha en la cual al menos 55 países de la Convención que ratifiquen incluyendo los países de Anexo I, cubran así el 55% del total de emisiones de 1990.
El protocolo pasó por momentos críticos y las partes tuvieron que pasar por arduas negociaciones y realizar ciertas concesiones para superar las diferencias que los distanciaban.
El Protocolo obliga a países desarrollados a reducir sus emisiones para el quinquenio 2008-2012 distribuidas de la siguiente manera:

Emisiones por países

– 8% para Suiza, varios países de Europa Central y del Este y la Unión Europea (esta última logrará su objetivo por medio de tasas de reducción diferenciadas para cada uno de sus estados miembros)
– 7% para Estados Unidos
– 6% para Canadá, Hungría, Japón y Polonia
– Nueva Zelanda y Ucrania deberán estabilizar sus emisiones al nivel de 1990
– Noruega podrá incrementar sus emisiones en un 1%, Australia en un 8% e Islandia en un 10%

MECANISMOS DE FLEXIBILIDAD DEL PROTOCOLO:

Dentro de los artículos 6° y 12° del Protocolo se establecen tres mecanismo de flexibilidad para que los países con compromiso de reducción de emisiones puedan cumplir con sus objetivos, bajo la condición de que sus mayores esfuerzos deban siempre invertirse en la reducción domésticas. También los países del no Anexo I se comprometen a asistir a las partes del Anexo I a cumplir con sus obligaciones. Estos mecanismos son:

o Implementación conjunta
o Comercio de emisiones
o Mecanismos de desarrollo limpio (MDL)
Implementación conjunta y comercio de emisiones:

Los países industrializados (Anexo I) pueden vender y comprar entre ellas las reducciones resultantes de proyectos específicos a través de las unidades de reducción de emisiones. Con el comercio de emisiones se les permite a los países vender sus emisiones reducidas en caso de que un país haya sobrepasado su meta de reducción.
Estos mecanismos solo se pueden realizar entre países que tengan objetivos de reducción.
Esta ayuda entre países hace que si para algunos países resulta menos costosa la reducción que para otro, entre ellos pueda existir un comercio, para equilibrar las reducciones.
Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL)

Estos mecanismos abren la posible negociación entre países Anexo I, es decir con objetivos de reducción, y los países no Anexo I. Esto quiere decir que existe la posibilidad de la transferencia de tecnología por medio de grades cantidades de recursos financieros y del know-how tecnológico para promover y ayudar a los países no Anexo I a desarrollar y crecer en base a sistemas y procesos amistosos con el medio ambiente, es decir, en base al desarrollo sustentable.
Estos MDL serán proyectos que apuntan a la maximización de la efectividad de los costos de la mitigación del cambio climático de los países industrializados, permitiéndoles así, la oportunidad de reducir las emisiones de GEI’s, invirtiendo en el desarrollo sustentable de proyectos en países en vías de desarrollo.
El Protocolo establece los MDL como un camino de promover el DS mientras se minimizan los costos de los límites de reducciones de gases. En respuesta a las inversiones de estos proyectos en países en vías de desarrollo, los países desarrollados ganarán “certificados de reducción de emisiones” que deben usar para llegar a sus metas de reducción establecidas.
Estos proyectos deberán demostrar que producen: la reducción de emisiones industriales ó la fijación de gases y/o la conservación del carbono ya existente.
Estos MDL son uno de los principales objetivos de las Conferencias de las Partes (las COP’s) y los cuales jugaran un papel muy importante.

A través de aluna de estas formas, o mediante su combinación, los países industrializados podrán contabilizar la reducción de emisiones de CO2 o su fijación en sumideros, medidos e toneladas de carbono, para poder alcanzar sus compromisos ante la CMCC (Convención Marco para el Cambio Climático) en el Protocolo de Kyoto.
A pesar de ser uno de los objetivos primordiales, aún no se llega al establecimiento jurídico, social y económico, que no permita las interpretaciones erróneas de países con grandes cantidades de recursos ambientales a desarrollar.


El papel de los bosques como sumideros de carbono.

La vegetación por medio de la fotosíntesis transforma la energía solar, absorbiendo el CO2 del aire en oxígeno que lo libera a la atmósfera. Los bosques, en particular, son sumamente importantes en el ciclo de carbono por que:
– Almacenan grandes cantidades de carbono e su biomasa.
– A través de la fotosíntesis y respiración intercambian C con la atmósfera.
– Son fuentes de emisión de C cuando son perturbados por causas naturales (incendios, etc. ) o a causa del hombre y sus actividades (quema de campos para actividades agropecuarias, o explotaciones forestales, etc.)
– Son sumideros cuando abandonan las tierras perturbadas, que se recuperan mediante la regeneración natural. Los sumideros son componentes del sistema planetario que actúa como reservorio del gas fuera de tiempo y trasfieren del CO2 del aire a la vegetación y al suelo, donde son almacenados.
El hombre, por la creación de nuevos bosques mediante forestaciones y reforestaciones en lugares donde no existen árboles, o por el manejo de la silvicultura de los bosques nativos existentes, altera las reservas y flujos de carbono, modificando así, el ciclo de éste y utilizando con esto su potencial para mitigar el cambio climático.
La conservación de los bosques de manera natural es sumamente importante para la reducción de uno de los gases de efecto invernadero más abundante, el CO2.
¿Qué está sucediendo?

Dentro del Artículo 6 el Protocolo de Kyoto incluye tanto la reducción como la eliminación de emisiones de gases efecto invernadero. Explícitamente se refiere a “proyectos con objetivos de reducir las emisiones antropogénicas por medio de recursos o aumentar estas reducciones por medio de los sumideros”
Por otro lado el artículo 12 dentro de los MDL solo se refiere a las reducciones de emisiones, más no aclara nada acerca de las eliminaciones de estos gases por los sumideros de países que no sean solamente del Anexo I.

Como podemos observar, existe una ligera contradicción dentro de los mecanismos permitidos dentro de los MDL del protocolo.

¿Qué es lo que ha generado esta ambigüedad?

Existen países que han decidido implementar un mercado de venta de “bonos de carbono”. Estos bonos son vendidos a empresas extranjeras que pertenezcan a algún país del Anexo I, es decir con objetivos de reducción.
Por lo tanto ha generado que los países con grandes zonas boscosas, las pongan a la venta para que los objetivos de otros países sean cumplidos.
Una característica del efecto invernadero es que resulta indiferente dónde se produzcan las emisiones o la captura del CO2 por los sumideros, ya que sus consecuencias son de carácter global.
El Protocolo claramente dice que los países no Anexo I también tienen que ayudar al buen funcionamiento de sus bosques, así como el cuidado de sus reservas naturales.
Otra de las dificultades de este tipo de comercio es establecer la medición de la capacidad de cada árbol de capturar el CO2 y transformarlo en Oxígeno.
Esta venta de “bonos de carbono” abre una posibilidad a los países, y en particular a los sectores forestales, donde el manejo de bosques nativos y el desarrollo de nuevas plantaciones ofrecen la posibilidad de generar una alta oferta de captura de carbono, que es comerciable en este nuevo mercado y con nuevas posibilidades de comercio para el país.
Para otros sin embargo, resulta una medida solo de comercio y no de ayuda a solucionar el problema del medio ambiente, siendo que se están poniendo en venta parte del territorio del país, y se le está poniendo un precio al medio ambiente. Así como se destruyen zonas con vegetaciones exóticas, para poder tener zonas boscosas, afectando así los ciclos naturales. No obstante resulta también una interesante medida de conservación del bosque húmedo tropical, bosque que poseemos en Colombia y en el caso que nos atañe en la zona del Pacifico.


EL NUEVO MERCADO DEL OXÍGENO

No por casualidad fue una empresa chilena la primera en vender oxígeno. En los próximos cuatro años, diversas compañías en Chile esperan concretar negocios por US$ 150 millones en el incipiente mercado de los bonos de carbono. Sobre todo ahora, a días de que se ratifique el Protocolo de Kyoto.
Un cheque por 7 millones de dólares está próximo a ser entregado a la central hidroeléctrica Chacabuquito. Es el pago por un negocio, aunque no precisamente por el abastecimiento de energía. En palabras simples, la empresa vendió oxígeno.
Claramente, no es una transacción cualquiera.
En este caso, el carbono que se dejó de liberar a la atmósfera se vendió a 3,5 dólares la tonelada. El 90% de los bonos los compró el Fondo Prototipo de Carbono, una iniciativa creada por el Banco Mundial para impulsar el diseño y materialización de proyectos que reduzcan los gases en países que no deben cumplir metas. El fondo es, entonces, dueño del bono y puede volver a transarlo en el mercado. Algo así como el Tesoro norteamericano, que coloca bonos, aunque en este caso son de aire. El otro 10% lo adquirió directamente la japonesa Mitsubishi.

Los expertos auguraban que el 2002 sería el año de los bonos de carbono. Se esperaba que el mercado empezara a operar, pues ya alcanzaría el nivel de ratificación necesario para que el Protocolo de Kyoto entrara en vigencia. Esto es, que el 55% de los países que emiten el 55% de los gases invernadero, lo ratifiquen.
Sin embargo, ello no fue así y el mercado comenzó a funcionar de manera incipiente y apostando a que cada vez más países se hicieran responsables del cambio climático.
De allí que aún existan obstáculos que impiden su funcionamiento a plena capacidad. Por ejemplo, los costos de transacción son muy altos, porque todavía son pocos los bonos que se transan y reducidos los operadores. Así, un broker puede llegar a quedarse hasta con el 30% de las ganancias obtenidas en la venta. A ello hay que sumarle que en muchas ocasiones hay que contratar abogados para que redacten los contratos, especialmente las cláusulas que dicen en cuánto tiempo se cancelarán los bonos o los resguardos que hay que tener si el Protocolo de Kyoto finalmente no entra en vigencia. En el caso de Chacabuquito, por ejemplo, se establecieron indemnizaciones. Tampoco se trata de cualquier abogado, pues usualmente deben conocer las normas de Europa o bien tener contactos con otros profesionales allá.
Con todas estas barreras, la rentabilidad de un proyecto -que debe ser reducida para poder postular al beneficio-, muchas veces ni siquiera alcanza a ser atractiva con la colocación de los créditos. Por eso es que el precio al que se transe la tonelada de carbono será vital. Y como no hay una bolsa establecida, aún es difícil incluso saber a cuánto venden los otros proyectos. Se estima que el precio de la tonelada de carbono fluctúa entre los 3 y 4 dólares, cifra que podría aumentar con la ratificación del tratado.

Ingresar al sistema puede llevar unos seis meses de espera. Porque para entrar al mercado, un proyecto debe cumplir varias etapas. Luego de su diseño acabado, debe cumplir con la ley ambiental del país (en Colombia el codigo de recursos naturales y la ley 99 de 1993), lo cual debe ser certificado por la autoridad ambiental (en este caso Ministerio de Medio Ambiente). Superada esta etapa, las Naciones Unidas lo publican en una página Web durante 30 días para que se le realicen observaciones. Después, una empresa certificadora externa revisa el proyecto y las respuestas que se le han hecho a las observaciones. Recién entonces viene la concreción del proyecto. Pero el proceso tampoco termina allí. Porque luego otra certificadora debe chequear en terreno que el proyecto se realizó tal como se dijo y que está realizando las reducciones de carbono que prometió.
La reunión del 31 de mayo entre los líderes de la Unión Europea y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, fue clave para el mercado del oxígeno. Después de casi una hora de conversación en San Petersburgo, los líderes emitieron una declaración comprometiéndose a trabajar para que el Protocolo de Kyoto sea en el corto plazo un instrumento real para combatir el llamado efecto invernadero. Una declaración estratégica, pues este mes el Parlamento ruso deberá decidir si ratifica o no el acuerdo, por lo que la postura de Putin es vista como un gran espaldarazo.
Si todo sucede como los ambientalistas esperan y Rusia, que es responsable del 17% de los gases invernadero sujetos al Protocolo, lo aprueba, se lograría el quórum necesario para que el tratado entre en vigencia. Esto es, que al menos el 55% de los países que emiten el 55% de los gases invernadero, lo ratifiquen.
Ello pese a la férrea oposición de EE.UU., la principal fuente de estos gases, pues libera un 36% de todas las emisiones sujetas al Protocolo de Kioto.
Con la aprobación rusa, se destrabaría finalmente el mercado de los bonos de carbono y todo indica que su inicio oficial será con el acelerador a fondo. Porque el 2008 deberá cumplirse la primera meta de reducción: Europa deberá bajar un 7% sus emisiones. Como no queda mucho plazo y la propia Unión Europea se autoimpuso disminuir sus emisiones, más allá del Protocolo, hoy todos apuestan a que la bolsa de oxígeno deberá comenzar a funcionar de prisa.
El Protocolo de Kyoto pretende reducir la dependencia de la economía mundial del consumo de combustibles fósiles, como petróleo, gas y carbón, cuya combustión libera gases de efecto invernadero y aerosoles responsables del llamado calentamiento terrestre. Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en su informe de 2001, durante el transcurso del siglo XX el promedio de la temperatura de la superficie terrestre aumentó en cerca de 0,6%. Incluso, hay científicos que postulan que la década de los '90 fue la más cálida del siglo.

Otro país que viene trabajando fuertemente en el tema es Costa Rica.
Costa Rica se convirtió en el primer país del mundo en colocar en la bolsa de valores de Estados Unidos, Certificados Transferibles de Emisiones de Carbono (CTOs), que permitirán combatir los gases del efecto invernadero.
Costa Rica se ha constituído en uno de los principales productores de oxígeno, gracias a su posición geográfica, ubicada en el trópico, y a la política de preservación de su biodiversidad. Un 24% de su territorio de solo 51.100 km2 se encuentra bajo algún régimen de protección.
La transacción se realizó entre el gobierno de Costa Rica y la compañía estadounidense Center Financial Products.
Los primeros mil certificados, con un precio inicial de 10 dólares, aseguran la eliminación de mil toneladas de carbono en el medio ambiente. Esa cantidad equivale a las emisiones que realizan 900 automóviles en Estados Unidos durante un año.
"Cada certificado, que elimina una tonelada métrica de carbono, tiene un precio base de diez dólares, pero la cifra final la definirá el mercado", manifestó Gorbitz.
Como antecedente a esta iniciativa, en febrero pasado el gobierno de Noruega pagó a Costa Rica dos millones de dólares por la conservación de 400.000 hectáreas de bosque, lo que aseguraba al país europeo la producción de aire puro.
Los expertos consideran que una hectárea de bosque es capaz de fijar al suelo, cada año, cinco toneladas de bióxido de carbono presente en la atmósfera.
Según informes del Consejo de la Tierra, los recursos económicos que se generen por la venta de CTOs se utilizarán para financiar los programas que impulsa Costa Rica para conservar y regenerar sus bosques tropicales mediante el programa de parques nacionales y zonas protegidas.

Es una empresa estadounidense. Quiere negociar el dióxido de carbono que retienen los árboles del bosque húmedo tropical. Ofrece pagar 20 dólares por tonelada de carbono “secuestrada” por hectárea de monte por año, es la empresa estadounidense Carbon Trading and Trust.
La empresa radicada en California, esta encabezada por el vicepresidente de la Brian Hill.

Los proyectos siguientes, están siendo desarrollados por la organización sin animo de lucro Conservación Internacional (CI), ilustra de la mejor manera proyectos de alta calidad, múltiple beneficio y da una clara muestra de las oportunidades disponibles, a las compañías interesadas en bonos de oxigeno, compensación por sumideros de carbono y compensación por la conservación de la biodiversidad. Para más información contacte, carlos.cesar.parrado@upc.es

La restauración del Bosque húmedo Costero, Ecuador,
Ecuador tiene la biodiversidad más alta por la hectárea de cualquier país de Suramerica; también es la nación más densamente poblada en el continente. Las políticas nacionales animan invasión y colonización en tierras naturales: a la proporción actual de deforestación, 2.3% al año, el país será deforestado para el año2025. La fundación Jatun Sacha pretende reforestar y restaurar 275 hectáreas (ha) de prado degradado del bosque de lluvia Costero ecuatoriano. A través de la inversión de las compañías, se estima que más de 65,000 toneladas de carbono se absorberán.

Restauración y Protección del Bosque Atlántico, Brasil
El Bosque Atlántico de Brasil es biológicamente uno de los mas ricos—así como uno de los mas amenazados— ecosistemas en el mundo. Este bosque húmedo tropical y subtropical lo encontramos a lo largo de la costa oriental de Brasil, la agricultura y las quemadura han producido la destrucción de 2 millones de hectáreas. Ayudar a proteger la biodiversidad y mitigar los efectos de cambio climático, son tareas desarrolladas por Conservación Internacional junto con el Instituto de la Investigación Socio-medioambiental de Bahia Del sur se pretenden restaurar 4,400 hectáreas de tierras aclaradas y proteger 6,800 hectáreas de bosque cerca del una la Reserva Biológica y la región de la sierra grande, región equivalente a 13 por ciento de la cantidad total de bosque que está de pie desde 1990. Ésta restauración y las actividades de protecciones separarán y absorberán más de 3.5 millones de dióxido de carbono en unos 30 años, con un costo del proyecto de $17 millones de dólares. Para asegurar que las ganancias del carbono se protegerán permanentemente, se buscarán reservas privadas para estos sitios. Las actividades también apoyarán la comunidad local, a través de los trabajos en las actividades de la restauración y ayuda técnica a los campesinos.



Más información:

CO2 Science Magazine – articles on carbon forestry sequestration
CDM Watch – a non-profit organization that monitors Clean Development Mechanism (CDM) projects and serves as a clearinghouse for related issues
The Climate Trust – non-profit organization formed to manage the Oregon power plant carbon offset program
Conservation International (CI) – international non-profit with field programs in 33 countries, focused on protecting the Earth’s most biodiverse and threatened ecosystems
CI’s Center for Environmental Leadership in Business – Climate Change Program
Environmental Resources Trust – Ecolands program - enables and encourages landowners to make environmentally sound land-use decisions, by marketing their ecosystem services (including carbon sequestration)
FACE Foundation (Forests Absorbing CO2 Emissions) – established by the Dutch Electricity Generating Board to help mitigate climate change through planting and protecting forests
IPAM - Institute of Environmental Research for Amazônia – a Brazilian-based NGO uniting scientists and educators to foster environmentally and socio-economically sustainable solutions for Amazonian development, including analysis of carbon opportunities from preventing forest destruction
The Nature Conservancy – Climate Change Program
Technical documents, available for free download, covering various land-based carbon sequestration topics
Pelangi (Policy Institute for Sustainable Development) – Indonesian NGO, with free downloadable publication on carbon storage potential from protecting and restoring threatened forests
The Pew Center on Global Climate Change – non-profit, non-partisan organization providing credible information and innovative solutions to address climate change, with free, downloadable reports
UNFCCC, Clean Development Mechanism – official website for the United Nations Framework Convention on Climate Change’s (UNFCCC) Clean Development Mechanism (CDM)
Woods Hole Research Center – global carbon forestry inventory project
World Bank
BioCarbon Fund – being developed by the World Bank to finance projects that sequester GHGs in forest and agricultural ecosystems; the Fund aims to deliver cost-effective carbon emission reductions, while promoting biodiversity conservation and sustainable development
The Community Development Carbon Fund (CDCF) – being developed by the World Bank to provide carbon finance to small-scale projects in the poorer rural areas of the developing world, including the potential for achieving both climate adaptation and mitigation benefits
Prototype Carbon Fund (PCF) – the World Bank’s public/private partnership with a mission is to pioneer the market for project-based GHG emission reductions within the framework of the Kyoto Protocol and to contribute to sustainable development
World Resources Institute (WRI) – an environmental research and policy organization that creates solutions to protect the planet and people’s lives.
Climate, Biodiversity and Forests – publication
Climate Change & Energy Program
Getting it Right: Emerging Markets for Storing Carbon in Forests – publication (free PDF download also available)
GHG Protocol – serves as the premier source of knowledge on corporate greenhouse gas accounting and reporting; standard and guidelines for accounting for GHG reduction projects being developed
Global Forest Watch – website tracking global forestry activities Brokers, Trading Schemes, and Other Organizations
Natsource – energy and environmental brokers with a GHG market division
EcoSecurities – environmental finance company that specializes in advising on global warming strategies including forest carbon storage options
Chicago Climate Exchange (CCX) – a voluntary cap-and-trade program for reducing and trading greenhouse gas emissions
UK Emissions Trading Scheme – world’s first economy-wide greenhouse gas emissions trading scheme
Trexler and Associates – identifies and implements greenhouse gas emissions reduction and offset strategies for client companies
Winrock International – non-profit providing consulting services for carbon forestry project design, including, carbon inventorying, monitoring, verification, and training
Publications, available for free download, on assessing and measuring forestry carbon
Emissions Marketing Association (EMA) – promotes market-based trading solutions for environmental management
International Emissions Trading Association (IETA) – non-profit organization created to establish an international framework for trading greenhouse gas emission reductions

Saludo de inicio

Con este Blog pienso introducir a muchos lectores en las distintas problemáticas ambientales por un lado un conocimiento de índole teórico y en segunda instancia los ejemplos de situaciones reales que nos aquejan.
Damos inicio hoy (28/07/2005) a esta labor.

Carlos César Parrado Delgado
Ph.D en Contaminación y Recursos Naturales
Barcelona -ESPAÑA